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Terapias Complementarias basadas en evidencia científica

Guía de Práctica Clínica Basada en la Evidencia para la Oncología Integrativa: Terapias Complementarias y Medicina Herbaria (2009)

Rules are for the obedience of fools and for the guidance of wise men.
(Las reglas son para la obediencia de los idiotas, y la guía de los hombres sabios)
   - Douglas Bader (1910-1982): amputado bilateral y piloto de la RAF en la Segunda Guerra Mundial

   La Society for Integrative Oncology (SIO) publicó su primera edición de la Guía para la Práctica de Oncología Integrativa en el 20071. Se les pidió a expertos especializados en categorías definidas de terapias integrativas o complementarias que revisaran la bibliografía científica y categorizaran las intervenciones en niveles específicos de utilidad que tuvieran en cuenta la fuerza metodológica de la evidencia respaldatoria, beneficios versus riesgos, practicidad y valor. Los Miembros Ejecutivos de la SIO, responsables de las recomendaciones finales, revisaron y criticaron las presentaciones para llegar a un producto final consensuado. La edición 2009 actualiza y expande la versión anterior y ofrece recomendaciones prácticas para el uso de terapias complementarias en el cuidado de apoyo a pacientes oncológicos.
   El presente no es un metanálisis formal; en otras palabras, no se intentó especificar los criterios de inclusión o los estudios que serían excluidos. No hubo intención de formular un análisis cuantitativo, sino simplemente de utilizar toda la evidencia encontrada en la bibliografía para esa intervención en particular. Se dio libertad a los autores de cada sección para utilizar su pericia personal en la búsqueda de bibliografía, y usaron MeSH headings (Encabezamientos de Materia de Medicina) apropiados para su competencia en el campo. Este abordaje es en parte subjetivo, aunque presenta una aplicación clínica más realista, especialmente dado que un análisis más formal sería restringido al querer comparar peras con manzanas, y excluiría muchas intervenciones para las cuales no se han realizado aún estudios clínicos randomizados. Los autores son cautelosos al abordar las recomendaciones y claros al enfatizar el potencial de las intervenciones seguras, especialmente cuando las propuestas farmacéuticas no ayudan o requieren complementación, o cuando los pacientes prefieren una intervención no farmacéutica. 
   La guía no tiene la intención de eliminar la libertad en la toma de decisiones individual, y los autores enfatizan la importancia de contar con niveles de libertad. Es de utilidad, sin embargo, para los clínicos referirse a esta guía en el momento de elegir prácticas clínicas con sus pacientes. Ella también será útil para la garantía de calidad, la gestión clínica, y la legislación médica, y proveerá indicaciones de reintegros que agregan valor a los programas clínicos. Claramente ilustran la importancia de los equipos multidisciplinarios en el cuidado de la salud que conjuntamente usan sus habilidades basándose en la evidencia para la medicina integrativa en progresiva expansión. Espero que esta guía prevenga variaciones inapropiadas en la práctica clínica y acentúe los fundamentos profesionales de la medicina integrativa, distinguiéndola claramente de las inaceptables terapias alternativas. Como tal, será un recurso útil para todos los clínicos así como para los administradores. 
   Entonces, ¿por qué publicar una guía? Es una herramienta, no son reglas. Necesitamos formular un proceso de toma de decisiones clínicas basado en la mejor evidencia de la investigación disponible, basado en el conocimiento de la seguridad relativa y los posibles efectos adversos, y que sea económica en comparación con otras intervenciones. Uno de los postulados de la oncología integrativa es involucrar a nuestros pacientes en el proceso de toma de decisiones, por lo que damos importancia al encuentro clínico y a la integración segura de modalidades combinadas que se adecuen a la cultura del paciente y su sistema de creencias. Sin embargo, la economía incluye no sólo los costos financieros sino también el costo de oportunidades perdidas o de acontecimientos adversos. Es imperativo que todos los profesionales interesados en sus pacientes oncológicos tengan el conocimiento y las habilidades para diseñar programas personalizados que sabiamente apoyen a los pacientes durante sus terapias anticáncer. La consulta es una oportunidad para educar y debe incluir una orientación clara acerca de lo que es complementario y lo que es considerado alternativo, y por consiguiente, por definición, debe evitarse. La guía claramente aboga por terapias complementarias basadas en la evidencia que apoyen a los pacientes durante sus tratamientos anticáncer estándares, ayuden a reducir los efectos adversos, y mejoren su calidad de vida. Tengo esperanzas de que la investigación finalmente demuestre que el uso de esta guía basada en la evidencia para la oncología integrativa producirá ventajas económicas al apoyar a los pacientes oncológicos durante su tratamiento anticáncer, enseñar técnicas mejoradas para afrontar la situación, alentar una más rápida rehabilitación, y enseñar estrategias de prevención terciaria. Mediante la estandarización 2de estos abordajes, podremos recabar información de alta calidad útil para comparar los programas en varias 
instituciones e implementar garantía de calidad.

 Stephen M. Sagar, BSc (Hons).
 MBBS, MRCP, FRCR, FRCPC, DABR
 Presidente, Society for Integrative Oncology

Traducido por ASOI, con el consentimiento de SIO, para su difusión en países de habla hispana. www.as-oi.org

Bibliografía
1 Deng GE, Cassileth BR, Cohen L, et al, Integrative oncology practice guidelines. J Soc Integr Oncol 2007;5:65-84

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